El significado profético del abuso que cometió el Dalai Lama en contra de un niño frente a las cámaras.

El Dalai Lama es líder del Budismo tibetano. Una religión que posee cerca de 535 millones de seguidores. Y aunque pareciera ser una religión que busca el acercamiento a Dios, no lo es.

De hecho, es una religión que se considera a sí misma como «no-teísta», es decir, buscan «la paz, la armonía, la tranquilidad,  y el equilibrio», pero dejando afuera a Dios.

El líder de este culto, el «lama»,  es el líder espiritual de forma vitalicia. En consecuencia,  sus seguidores imitan su enseñanzas, así como sus acciones.  Para los budistas el Dalai Lama es  «su santidad».

Finalizando Febrero de 2023, mientras se encontraba en el Templo de Dharamshala en India, y donde había cerca de 100 muchachitos varones que se graduaban, «su santidad»,  de forma intencional besó a un niño en los labios, y le pidió «que le chupara la lengua». Todo esto lo hizo en público, frente a las cámaras, y frente a los padres de los niño.

Las imágenes se conocieron recién en abril, provocando repudio internacional. Y,  aunque «pidió disculpas a la familia» del niño, este acto de maldad ha roto la inocencia del menor.

Lo que ocurrió no es casual.

Para empezar…  Si «su santidad» fue capaz de abusar de un niño en público, ¡cuántas veces lo habrá hecho en privado!

Por otra parte, siendo el líder de más de 535 millones de seguidores, es evidente que lo que hizo, es parte de una agenda. Un acto para abrir la ventana de Overton y normalizar la pedofilia entre sus seguidores.

¿Esta esto profetizado en la Biblia?

Sí. Sí lo esta. De hecho el Señor Jesucristo nos da la pauta. Y nos dice que ESTOS son los ULTIMOS días de esta perversa humanidad:

El Señor nos advirtió:

«Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.» (Lucas 17:26-30)

En estas líneas el Señor nos cuenta por adelantado que estos días serían como los de NOÉ, y de LOT.

Ahora, nos centraremos solo en los días de Lot.  Los días de Lot  se cuentan en Génesis 19.

Dios envió a dos ángeles a Sodoma a sacar a Lot y a su familia, antes que las ciudades pervertidas fueran destruidas.

Los hombres de Sodoma  vieron y codiciaron la belleza e inocencia que los ángeles, y quisieron pervertirlos también, llegando incluso a la violencia.

El deseo de los hombres de Sodoma era la inocencia de los ángeles. Deseaban violarlos. 

Y lo mismo  ocurre en la actualidad, donde líderes religiosos,  políticos, e incluso de la academia,  van por la inocencia de los niños.

Sí. Estos son los días de Lot.

Y el Señor  nos llamará a su presencia, antes que comience la Gran Tribulación para los habitantes de la tierra.

Pero, como a Lot, nos sacará del Mundo. 

El Señor nos fue a preparar lugar:

«En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.» (Juan 14:2-3)

Y antes de partir,  nuestros cuerpos serán transformados:

«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.»  (1 Corintios 15:51-53)

Lo que el Dalai Lama hizo frente a las cámaras nos demuestra que el Señor está a la vuelta de la esquina. Y una vez que nos saque, el mundo comenzará a experimentar los peores momentos que la humanidad alguna vez tuvo.