Cómo obtener la salvación gratuita que el Señor Jesucristo ofrece.

Evangelio significa “buena noticia”, y esta buena noticia se encuentra en 1 de Corintios 15:1-4, pero vamos por parte:

Muchas religiones y sectas «cristianas»  enseñan erróneamente que la salvación viene por medio de algo que el pecador hace para conseguirla.

Ellos afirman que la salvación de una persona depende  de  las OBRAS del pecador.

¡Pero nada podría estar más alejado de la palabra de Dios!

EL EVANGELIO DE SALVACIÓN

Según la Biblia, la salvación es algo que recibimos (por fe) EN LO QUE JESÚS  HIZO en la cruz. Porque allí derramó su sangre para pagar por los pecados de todos los seres humanos.

SU OBRA TERMINADA, hecha una sola vez, y para siempre, es lo  único que puede salvar al pecador y darle perdón de pecados y vida eterna.

La Biblia claramente presenta qué es Evangelio en 1 Corintios 15:1-4, donde leemos:

«Empero os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, y en el cual estáis firmes; Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;  Y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras».

El evangelio es:


Lo que JESÚS HA HECHO PARA LOS HOMBRES, y no lo que EL HOMBRE PUEDA HACER PARA DIOS.

Una persona solamente es salva por medio de CREER en la obra cumplida de Jesucristo, cuando él derramó su sangre por nuestros pecados.

Su sangre en vez de la nuestra.
La expiación de sangre era necesaria, porque sin derramamiento de sangre, no hay remisión (condonación) de pecados (Hebreos 9:22).

 

 

Dios siempre ha demandado la sangre para remisión de pecados.

En el Antiguo Testamento, Dios aceptaba la sangre de un cordero, que limpiaban el pecado de manera temporal.

Pero ahora, en el Nuevo Testamento, Dios sólo acepta el sacrificio de la sangre derramada de su Hijo, Jesucristo, el CORDERO DE DIOS, el  cual padeció por nuestros  pecados, una vez y para siempre.

El Evangelio de 1 Corintios 15:1-4 tiene cinco partes:

  1. Cristo murió
  2. Por nuestros pecados
  3. Fue Sepultado
  4. Resucitó al tercer día
  5. Según las escrituras.

Un predicador del pasado dijo una vez:

«NADIE PUEDE PREDICAR EL EVANGELIO SIN PREDICAR LA EXPIACIÓN DE SANGRE DE CRISTO Y TAMPOCO PUEDE ALGUIEN PREDICAR DE LA EXPIACIÓN DE SANGRE DE CRISTO SIN PREDICAR EL EVANGELIO!»

¡Y esta es una verdad bíblica absoluta!
Ya que la salvación por el sacrificio de sangre derramada de JesuCristo en la cruz es el único camino a través del cual Dios nos ofrece vida eterna.

Así como hay  cinco heridas que JesuCristo tenía en la cruz, también vemos que hay cinco puntos del evangelio.

Punto #1 Cristo murió.

Jesús derramó cada gota de su sangre mientras  sufría en la cruz, muriendo por los pecados del hombre. Y su sangre manchó la tierra.

Punto #2 Por nuestros pecados.

La biblia dice que el pecado es como sangre, en Isaías 1:18 leemos:
«Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.» Grana  y carmesí (o escarlata)  son el color de SANGRE.

Punto #3 Fue sepultado.

El Señor Jesucristo fue sepultado en la misma tierra en la cual derramó su sangre.

Cuando murió Abel, leemos las siguientes en palabras en Génesis 4:10  donde Dios dijo:
«…La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra». Según la biblia ¡la sangre le habla a Dios!

Y Hebreos 12:24 nos cuenta de la sangre preciosa de Jesús:

«a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.».

¡La sangre de Jesús también habla!
¿Qué dice?
¡Dice que el inocente (Jesús) murió para los culpables (nosotros , los pecadores)!

 

Punto #4 Resucitó.

Cuando Jesús resucitó de los muertos, la biblia nos dice que Jesús tomó su sangre al cielo con él,  y la roció en el altar en el cielo (Hebreos 9:12-25), ¡dónde está todavía esperando a lavar al más vil pecador!  ¿Eres limpio en la sangre?

Punto #5 Según las Escrituras.

El Antiguo Testamento entero profetiza de Jesucristo como el Mesías que había de venir.

Lo vemos  cada vez que los judíos sacrificaban animales en el templo para expiación de sangre.

Cuando Jesús murió en la cruz,  como el Cordero de Dios, derramando su sangre como nuestro sacrificio, él cumplió la profecía escrita acerca de él  en el Antiguo Testamento.

¡Ahí  miramos que la SANGRE DE JESUCRISTO, la cual se encuentra en toda la biblia!

¡No podemos predicar la sangre sin predicar el evangelio y ni predicar el evangelio sin predicar de la sangre derramada de Jesús!

Para ser salvo, la biblia enseña claramente que la salvación es por la FE, sin OBRAS (Ef. 2:8-9).

¿Fe en qué?

FE EN LA SANGRE DERRAMADA DE JESUCRISTO

Romanos 3:25-28 lo declara:

«Al cual Dios ha propuesto por propiciación POR LA FE EN SU SANGRE, para manifestación de su justicia por la remisión de los pecados pasados, por la paciencia de Dios;

Para manifestación de su justicia en este tiempo; para que él sea justo, y justificador del que cree en Jesús.

¿Dónde, pues, está la jactancia? Excluída queda. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No: sino por la ley de la fe.

Así que, concluimos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley.»

 

Para ser justificado, o salvado, la fe del pecador debe ser puesta solamente en la sangre derramada de Cristo Jesús.

Esto manifiesta o declara que el pecador esta confiando en EL JUSTO (Jesús) y SU JUSTICIA y no es sus propias obras y su propia justicia.

¡Un creyente no puede jactarse de sí mismo y sus propias obras, sino en Jesús, quién le salvó de sus pecados!

Lamentablemente,  muy pocos cristianos  predican de la sangre de Jesús, y la necesidad de confiar en ella para obtener la salvación.

En el pasado los judíos confiaban en la sangre de un cordero para cubrir sus pecados. Hoy tenemos que confiar en la sangre de nuestro cordero precioso, el Señor Jesucristo.

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