Este es el cuarto de 5 estudios dedicados a los Cinco Ministerios mencionados en Efesios 4:11
Hebreos 13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
El pastor tiene el don y el encargo de alimentar, cuidar y conducir a las ovejas del Señor en una iglesia local. Han de defenderlas de las fieras, protegerlas del mal tiempo, buscar a las descarriadas y sanar a las enfermas. Han de darles los buenos pastos de la Palabra de Dios enseñándoles la verdad del Evangelio y de la vida cristiana.
El Pastor es el responsable de gobernar la iglesia, no como teniendo señorío sobre los que están a su cuidado, sino siendo ejemplo a la grey, que no es suya, sino del Príncipe de los pastores, el Señor.
Su labor de gobierno hace necesario que el pastor sea tal como el apóstol Pablo le enseñó a Timoteo:
1 Timoteo 3:2-7 Debe ser alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo. Debe tener una sola esposa, controlar sus deseos, pensar dos veces lo que va a hacer y comportarse correctamente, recibir con gusto en su hogar a los visitantes y saber enseñar. No debe ser borracho ni violento, ni buscar pelea. Al contrario, debe ser amable y tranquilo, y no estar preocupado sólo por el dinero. Además, debe gobernar bien a su propia familia y educar a sus hijos, para que sean obedientes y respetuosos. Porque si no puede gobernar a su propia familia, tampoco podrá gobernar a la iglesia de Dios. Y no debe ser alguien con poco tiempo de haber creído en Jesucristo, pues puede volverse orgulloso, y entonces recibirá el mismo castigo que Satanás. Por último, debe contar con el respeto de la gente que no cree en Jesucristo, para que nunca pase vergüenza delante de ellos ni caiga en alguna trampa de Satanás. (Traducción Lenguaje Actual)
Estudio completo: Los cinco ministerios IV: “Los Pastores”