La palabra «rapto» no aparece en las traducciones hispanas de la Biblia, ni tampoco la palabra «arrebatamiento» como tales.
El concepto proviene de la palabra harpazō (ἁρπάζω) una palabra que significa «arrebatar, transportar, trasladar, abducir, agarrar, o tomar fuertemente».
Si bien la palabra «rapto» no se encuentra en la Biblia, el concepto de «arrebato» se enseña claramente en las Escrituras.

El rapto de la iglesia es el evento en el que Dios «arrebata» a todos los creyentes salvos de la tierra, y son trasladados hacia el Señor (Juan 14:3).
Luego de este evento, Dios da paso a que su justo juicio se derrame sobre el mundo, y quienes habitan en él (la gran tribulación.)
El rapto se describe principalmente en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:50-54
«Pero tampoco, hermanos, quiero que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús. Por lo cual os decimos esto por palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habemos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con clamor, y con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero:
Después nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto consolaos los unos a los otros con estas palabras. «(versión Reina Valera Purificada 1602).
«Ahora esto digo, hermanos: Que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios: ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, un misterio os digo: Todos ciertamente no dormiremos; mas todos seremos cambiados.
En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados.
Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces será cumplida la palabra que está escrita: Tragada es la muerte en victoria. » (versión Reina Valera Purificada 1602).
Dios resucitará a todos los creyentes que han muerto, les dará cuerpos glorificados y los sacará de la tierra, junto con todos los creyentes vivos, quienes también recibiremos cuerpos glorificados en ese momento.
“Porque el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Después, nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre” (1 Tesalonicenses 4:16-17 RV1960).
El arrebatamiento será una transformación instantánea de nuestros cuerpos para prepararnos para la eternidad. Está escrito: “Sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es” (1 Juan 3:2).
La doctrina del rapto no se enseñaba en el Antiguo Testamento, por lo que Pablo la llama un “misterio” que ahora es revelado:
“Escuchen, les digo un misterio:
No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta. Porque se tocará la trompeta, los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:51-52 RV1960).
El Rapto de la iglesia es un evento diferente al se la Segunda Venida del Señor.
- En el rapto, el Señor viene “en las nubes” por su iglesia para recibirnos “en el aire” (1 Tesalonicenses 4:17).
- En la Segunda venida, el Señor desciende a la tierra para posarse en el Monte de los Olivos (después de siete años de Gran Tribulación), lo que resulta en un gran terremoto seguido de la derrota de los enemigos de Dios (Zacarías 14:3-4).
A algunos creyentes les cuesta entender este maravilloso evento. Sin embargo, si han entendido y aceptado el verdadero evangelio mediante el cual pueden ser salvos, serán también arrebatados en las nubes.
Y aquellos que hayan muerto antes del rapto, serán resucitados para recibir, junto a nosotros, al Señor en el aire.
El rapto es un evento glorioso que todos deberíamos anhelar. Finalmente seremos libres de estos cuerpos en los que cargamos el pecado (1 Corintios 15:50). Y estaremos en la presencia de Dios para siempre.
El rapto es una enseñanza bíblica reconfortante y llena de esperanza. Pablo incluso nos manda a alentarnos los unos a los otros con esta enseñanza (1 Tesalonicenses 4:18)