Las tensiones han ido en aumento entre la mayoría sunita de Arabia Saudí y el Irán chiíta ya que ambas potencias regionales habían tomado posiciones opuestas sobre los levantamientos en Bahrein y Siria.
Irán había expresado su apoyo a un levantamiento chií en Bahrein al que Arabia Saudita había enviado tropas para aplastar el año pasado.
En Siria, el reino Saudí había llamado a los rebeldes a armarse en contra el régimen de Bashar al-Assad -de minoría alauita- mientras que Irán ha sido reiteradamente acusado de enviar ayuda militar al gobierno sirio.
El monarca saudí envió una carta a Mahmud Ahmadineyad, a quien invito a asistir a la reunión extraordinaria de solidaridad islámica que se celebrará en La Meca a mediados de agosto.
Arabia Saudita llamó a una cumbre, con la intención de «unificar» a los musulmanes.
¿Sabe usted lo único que puede unir a árabes y musulmanes?
La profecía escrita en el Salmo 83 es muy clara y usted podrá reconocer la respuesta:
Oh Dios no guardes silencio, no calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Porque he aquí que rugen tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza.
Sobre tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos.Han dicho: Venid, y cortémoslos de ser nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque han conspirado a una, de común, contra ti han hecho alianza;
las tiendas de Edom y de los ismaelitas, Moab y los agarenos;
Gebal, Amón y Amalec; los filisteos con los habitantes de Tiro.
También el asirio se ha juntado con ellos; han dado la mano a los hijos de Lot.Hazles como a Madián; como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
que perecieron en Endor, fueron hechos como estiércol para la tierra.
Pon a sus nobles como a Oreb y como a Zeeb; y como a Zeba y como a Zalmuna, a todos sus príncipes; que han dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios.Dios mío, ponlos como a torbellinos; como a hojarascas delante del viento.
Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa los montes.
Persíguelos así con tu tempestad, y atérralos con tu torbellino.
Llena sus rostros de vergüenza; y busquen tu nombre, oh Jehová.
Sean afrentados y turbados para siempre; Sean avergonzados, y perezcan.
Y conozcan que tu nombre es JEHOVÁ; tú solo Altísimo sobre toda la tierra.»